Mitos sobre la píldora anticonceptiva que no son ciertos

 

Aunque ahora son muy comunes en las farmacias, con marcas muy diferentes y bajo diferentes nombres, lo cierto es que hasta hace unas décadas, la píldora anticonceptiva no solo no era tan conocida, simplemente no existía. Hoy, la puedes encontrar en cualquier farmacia online.

De hecho, para volver a nuestros orígenes, debemos ir a  EEUU, especialmente hasta 1941, cuando la Oficina Federal de Industrias Agrícolas de los Estados Unidos descubrió que las mujeres locales que vivían en Nevada usaban infusiones de ciertas plantas a las que atribuían propiedades anticonceptivas.

Debido a la polémica suscitada, el científico Russell Marker, químico -profesor de la Universidad de Pensilvania, decidió viajar a México para estudiar las propiedades de estas plantas. Al hacerlo, descubrió que la raíz de barbasco podía sintetizar una variación de la progesterona (la hormona que hace creer al cuerpo que un óvulo ha sido fertilizado).

Unos años más tarde, en 1951, el científico Carl Djerassi patentó la progesterona obtenida como método anticonceptivo, se convirtió en un eficaz derivado de la hormona del cuerpo lúteo. Sin embargo, no fue hasta 1960 que finalmente se aprobó en Estados Unidos el uso de la píldora como método anticonceptivo. En España, por ejemplo, no llegó hasta 1964 cuando se empezó a comercializar una pastilla aprobada únicamente para tratamientos ginecológicos para regular el ciclo menstrual.

Desde entonces, la píldora anticonceptiva se ha convertido en un método de prevención de embarazos no deseados, pero también es muy útil para regular el ciclo menstrual de la mujer.

Sin embargo, estamos ante una droga que siempre ha estado rodeada de mitos y creencias, la gran mayoría de los cuales son completamente erróneos y sin fundamento. Aquí te descubrimos los más comunes.

Principales creencias y mitos sobre la píldora que no son ciertos

Subir de peso y bajar de peso.

Este es probablemente uno de los mitos más comunes. De hecho, es muy posible que conozcas a una mujer que aumentó de peso (e incluso sufrió pérdida de peso en su propio cuerpo) después de comenzar con este método anticonceptivo.

Sin embargo, estamos ante un error de concepto: la píldora no engorda, lo único que puede provocarlo es que al tratarse de tratamientos hormonales provoque retención de líquidos, lo que puede hacerte pensar que has subido de peso. Pero lejos de lo que sueles pensar, la píldora anticonceptiva por sí sola no te hace subir de peso.

Puede causar cáncer de mama

Hasta la fecha, ningún estudio científico ha podido confirmar o demostrar que el consumo regular de píldoras anticonceptivas provoque cáncer de mama (o incluso ayude a prevenirlo o evitarlo).

En cualquier caso, se ha encontrado que el consumo regular reduce las posibilidades de cáncer de endometrio o de ovario.

Causa infertilidad

Lo cierto es que la única píldora anticonceptiva que ayuda es prevenir el embarazo y evitar la concepción cuando no se desea. Pero es un mito creer o pensar que la píldora por sí sola puede causar infertilidad.

De hecho, dentro de un mes, la ovulación vuelve a ocurrir de forma natural y, según muchos especialistas en fertilidad, después de un año sin tomar la píldora, las posibilidades de embarazo son exactamente las mismas que para las mujeres que no la toman.

Todas las mujeres pueden tomarlo.

Aunque en un principio puedas pensar que la píldora anticonceptiva es útil para cualquier tipo de mujer, la realidad es bien distinta: en algunos casos no se recomienda en absoluto su uso.

Por ejemplo, no se recomienda el uso de píldoras anticonceptivas a mujeres mayores de 35 años que fuman o que padecen ciertas enfermedades hepáticas, cardíacas o hipertensión arterial. Para la hipercolesterolemia, existen medicamentos diseñados específicamente para no aumentar más el nivel de grasas en la sangre.

En cualquier caso, antes de consumirlo, se recomienda consultar siempre a un ginecólogo. Este artículo ha sido publicado únicamente con fines informativos. No puede ni debe reemplazar la consulta a un médico. Le recomendamos que consulte a un médico de confianza.

 

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